jueves, 5 de julio de 2018

Conversando en la azotea

-Como añoro aquellos tiempos en que se deseaban con locura. Me ponían a 100 cada día, y me tenían que lavar con frecuencia ...

-A mí me encanta cuando ella se queda acostada de espaldas y afloja las piernas mientras él baja a la altura de sus rodillas. En ese momento puedo notar cómo tiemblan ligeramente sus nalgas y todo su cuerpo, hasta que él la abraza, porque la quiere coger toda mientras se retuerce de placer. Entonces me llenan las bocanadas de ambos que suben de temperatura.

-Pues a mí siempre me ha gustado más otro estilo: cuando uno llega con ganas del otro y lo estira hasta la habitación tirándolo sobre mí, comenzando unos movimientos rítmicos que van incrementando la velocidad hasta dejarme rendido, como ellos. 
Aunque ahora no sería tan exigente.



-Yo quizá también tendré que esperar un tiempo. El joven músico sólo me comparte con su guitarra.

-Creo que el músico es quien ha visitado a mi ama y diría que con muchas ganas. Me dejaron llena de nata y sudor ...







Con un suave viento que mece la ropa tendida, las sábanas se secan para volver a cubrir las camas donde esperarán con deleite otras noches tórridas ..